miércoles, 12 de mayo de 2010

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

Soy egresada de la Facultad de Ciencias de la Conducta con titulo de Lic. En Psicología, a medio año de haber egresado me dedique a buscar trabajo, y entre las múltiples puertas que toque, por contacto de una conocida realicé mi entrevista con el supervisor de bachillerato tecnológico de mi región, recuerdo haber insistido para ingresar al medio durante 8 meses, y cuando me daba por vencida, recibí una llamada del supervisor notificándome que mi propuesta había sido aceptada y que iniciaba con 12 horas clases, impartiendo las materias de habilidades del pensamiento, acordes a mi perfil profesional.
Actualmente llevo 12 años en el sistema medio superior, 10 como docente frente a grupo y los 2 últimos años en el área de orientación.
Mi primera experiencia frente a grupo resultó un tanto insatisfactoria, dado que contaba con el conocimiento más no con las herramientas para transmitirlo, debo confesar que la práctica y el apoyo de mis compañeros docentes permitió mantenerme en el ámbito.
A pesar de que en un inicio mi ingreso resulto ser un golpe de suerte, mi interés por la enseñanza siempre estuvo presente, siempre vi la labor docente como el medio de aprender a compartir, aportar y transformar formas de pensar y de vida.
Para mi es satisfactorio ser parte de esta labor docente, encuentro enriquecedor el escuchar y compartir puntos de vista con mis alumnos; pero sobre todo dirigir sus pensamientos, ideas y sentimientos hacia la autorreflexión; ayudándolos a que generen las respuestas a su propias dudas, inquietudes y problemáticas.
Considero que trabajar en el nivel medio superior nos permite ser un punto de apoyo importante, dado que somos los formadores de profesionales, padres de familia o empleados satisfechos de su ser y de su saber hacer. Somos el pilar y transformadores de una sociedad sana y equilibrada o bien insana y desajustada.
Entre las múltiples satisfacciones que ha sembrado mi quehacer como profesional de la docencia se encuentra el lograr en algunos de mis alumnos la inquietud de transformar su vida y haberles ayudado a encontrar alternativas de solución a sus problemáticas. Encuentro enriquecedor encontrarlos en la calle y percibir su saludo con un tono de agradecimiento, recordando que algo hice o dije que transformo su vida, es entonces cuando recobro la confianza en que mi labor como docente sigue latente.
Entre los motivos de insatisfacción, reconozco en mis inicios mi falta de instrucción pedagógica, esto me llevo a dirigirme de forma desorganizada, lo que provoco la confusión en mis alumnos con respecto a lo que les enseñaba.
Actualmente el no otorgar a mis alumnos el tiempo que requieren y no atender en su totalidad a sus necesidades de manera oportuna, me llena de frustración y me hace pensar en los alumnos que forman parte de la cifra de los desertores.

1 comentario:

  1. ¡Hola Patricia!
    Me llena de admiración y alegría tu redacción, en parte porque me identifico contigo en tu afán de actualizarte y querer hacer mejor cada día tu labor docente. Estoy segura que tus alumnos te respetan y quieren porque sabes inculcarles tu cariño y al mismo tiempo les facilitas de manera integral su formación.
    Al igual que tu, me siento triste cuando no logro dedicarles el tiempo que ellos merecen, sin embargo, el acompañarlos como estudiantes y personas tal vez logre sembrar en ellos la semilla de la superación.
    Te invito a visitar mi blog para que lo comentes por favor:
    http://lilia-ungrandia.blogspot.com/

    Un cálido abrazo desde Culiacán y de antemano ¡gracias! Lilia

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